Alumnos en contra de encender la cámara en las clases online.

 

Las clases online suponen para los alumnos un esfuerzo extra, ya que obligan a estos a prestar una mayor atención y exigen una mayor concentración.

Esta atención necesaria puede verse impedida por distracciones como pueden ser tener el teléfono móvil cerca o encender la cámara.

Al tener la cámara encendida, los alumnos comienzan a ver qué están haciendo sus compañeros y hace que se centren más en eso que en la propia clase. El ver a sus amigos en una pantalla puede llevar a conversaciones en medio de las clases, o incluso, al empleo de gestos para comunicarse entre ellos. Esto provoca, por tanto, que les resulte más interesante el entender a sus amigos a través de una imagen que la materia impartida en una clase.

Otro aspecto por el que los alumnos prefieren tener la cámara apagada es porque se sienten más libres a la hora de seguir las clases y no tienen que mantener una compostura. Además el hecho de tener la cámara encendida, puede suponer que los alumnos se empiecen a fijar en cómo salen en la imagen, en qué parte de la habitación se está viendo, en la luz que entra en la habitación y como esta le afecta a la imagen que se ve…

En resumen, la cámara genera una gran distracción en los alumnos a la hora de seguir las clases online. Es por esto que los alumnos prefieren tener las cámaras apagadas para poder seguir mejor las clases, sin distracciones añadidas. Además, creo que las distracciones que los alumnos puedan tener además de la cámara, deberían ser controladas por ellos mismos, ya que al fin y al cabo, los beneficiados de atender a estas clases no son más que los alumnos.

Entiendo que los centros educativos exijan en algunas clases, esta medida de poner las cámaras para intentar mantener esa cercanía y control con los alumnos. Pero también creo que a partir de ciertas edades, deberían ser los propios alumnos los que pudieran decidir si ponerse la cámara o no, ya que sabrán qué es lo que mejor les funciona a ellos.