De dos luchadores, el pensador vence.

  Psicología era una asignatura que siempre me había llamado mucho la atención y el hecho de no haber tenido la oportunidad de impartirla nunca como asignatura escolar, vi una gran oportunidad el poder cursarla este año. Al no conocer nada de la asignatura, me resultaba curioso lo que podría aprender y el cómo estaría enfocada una asignatura apenas impartida en los institutos. Además, pensaba que los conocimientos que pudiera adquirir con la asignatura me iban a ser útiles para resolver aspectos de la vida para los que hasta ahora no había encontrado respuesta. Las clases han superado todas mis expectativas, siendo unas clases dinámicas en las que aprender algo nuevo cada día es muy fácil. Es de admirar que el profesor logre captar la atención de los alumnos en cada momento de la clase. Para mí, que el profesor consiga mantener la atención de los alumnos durante una hora seguida, es de valorar. Creo que este dinamismo del que hablaba antes es de mis aspectos favoritos de l

  Las clases online suponen para los alumnos un esfuerzo extra, ya que obligan a estos a prestar una mayor atención y exigen una mayor concentración. Esta atención necesaria puede verse impedida por distracciones como pueden ser tener el teléfono móvil cerca o encender la cámara. Al tener la cámara encendida, los alumnos comienzan a ver qué están haciendo sus compañeros y hace que se centren más en eso que en la propia clase. El ver a sus amigos en una pantalla puede llevar a conversaciones en medio de las clases, o incluso, al empleo de gestos para comunicarse entre ellos. Esto provoca, por tanto, que les resulte más interesante el entender a sus amigos a través de una imagen que la materia impartida en una clase. Otro aspecto por el que los alumnos prefieren tener la cámara apagada es porque se sienten más libres a la hora de seguir las clases y no tienen que mantener una compostura. Además el hecho de tener la cámara encendida, puede suponer que los alumnos se empiecen a fijar en c